Volví :)

Estoy contenta. Y estoy feliz d estar contenta.

Porque siento, porque disfruto un poco más las cosas, porque tengo más ganas d vivir y hacer mis tareas diarias, porque las cosas me dan tristeza y lloro con lágrimas de verdad, porque respiro y me siento viva, y porque hace mucho tiempo no me sentía así.

Y la culpa de este bienestar tan extraño –q no niego, me da miedo- la tiene el Cusco.

Q puedo decir d esa ciudad?... Simplemente, q es MÁGICA. Todo en ella emana una vibración muy distinta a la d mi gris Lima. Sumado eso a sus buenos deseos (Los cuales, agradezco d corazón), volví “recuperada”.

Bien del todo, no estoy. Y hablo d muchos sentidos. Pero definitivamente, estas vacaciones me han ayudado a volver… a volver a encontrar un pedacito d mí misma q dejé tirado en alguna parte, y usarlo como amuleto para caminar x las calles, y aferrarme a él como lo único q tengo para estar bien. Mi norte siempre estuvo en el mismo lugar, pero la brújula recuperó su polarización. Volví a Lima, volví a sentirme “bien”, a sonreírle a los extraños d la calle y cantar lo q suena en la radio o mi mp3; volví a sentirme equilibrada, en paz, y reconciliarme con muchas cosas. Eso me incluye: He vuelto a sentirme como yo misma, la niña Cristal q siempre he sido (Y q estúpidamente trato d hacer crecer, lo cual me hace sentir muy mal xq desgraciadamente siempre seré una niña). Sé q es el efecto post-viaje y q en unos días pasará por completo, pero me alegra d q exista este efecto.

Es extraño. Podría decir q el viaje fue un fiasco, xq no hubo día en algo no saliera mal, ya sea por parte de quienes se supone q nos apoyarían allá o de nosotros mismos… pero la vdd no me parece así. Todos los problemas hicieron el viaje más intenso, tanto que no exagero con la siguiente frase q me dijo mamá, cuando yo lloraba con sentimiento porque no me quería ir de Cusco y ella trataba d consolarme: “hemos experimentado todas las emociones”, y eso va desde la tristeza profunda hasta el agradecimiento por poder vivir lo que vivía. Sí señores: vuelvo a sentir :) Mis emociones se han desbloqueado un poco. Vuelvo a poder estar un poquito contenta y lo suficientemente triste como para llorar. Vuelvo a divertirme, a querer algo, sentir cariño y ternura, preocuparme por otros, tener alguitito de motivación para hacer mis cosas o ver a alguien o salir d mi casa… Y eso me tiene contenta :)

Definitivamente, nada es perfecto, y eso incluye a m familia. En el post anterior conté lo accidentados q fueron los primeros días, y eso no fue lo único q sucedió: aparte de lo del incidente con mamá, la maleta y la cámara (Q por cierto, ahora q lo recuerdo me parecen anécdotas divertidísimas, y de ello, sólo lo último me pesa xq soy una descuidada y eso me hace sentir muy culpable), tb desapareció mi bolsa con las cosas q compré para regalar (Y eso q estaba dentro d mi maleta). Además, podría decirse q llevó plata d menos xq los precios habían subido y eso al menos para mí significó estrés, xq andaba preocupada por si le iba a alcanzar para todo. Y fuera de lo material, hubieron muchos pleitos y malos entendidos, y gritos y lágrimas… Pero c q a pesar d no soportarnos muchas veces, hay mucho cariño q nos une. Gracias a este viaje he aprendido a valorar a mi familia mucho más, y siento q los he conocido mejor (Así como ellos me han podido conocer más a mí). Me pasé el viaje pegada a mamá como chicle en el zapato, cuidándola xq se cansaba rápido ya que tiene una ligera anemia. Además, tomé fotos del hermosísimo paisaje como si viniera de otro planeta; se desencadenó mi afán de compradora compulsiva cuando tuve artesanías a la mano (Era la q menos dinero llevó y me gasté una buena parte en cosas para regalar, pero como conté, la bolsa desapareció… Mamá descontó a los del hotel y terminó dándome dinero para comprarme algo para mí :/), y bueno, definitivamente mis baterías se recargaron. El simple hecho d estar en ese lugar tan especial me daba una motivación para querer vivir, y de hecho todo era genial. Quizás xq no me aburrí, quizás xq todo era nuevo para mí. Pero el punto es q lo disfruté.

Por eso puedo decir q a pesar del soroche, los berrinches d mis hermanos, la falta d dinero y los accidentes, el viaje fue increíble y todo era genial… hasta q llegaba la hora de comer.

Los primeros días fueron muy difíciles. La sensación de la comida dentro de mí me mataba, y por otro lado, moría de ganas d pegarme un atracón de esos q me pegaba a diario (Por favor, duden del significado q tiene la palabra atracón para mí, xq las cantidades varían según la persona… y el día). Pero saben qué? Me ACOSTUMBRÉ. Tanto la sensación de tener q meterme más comida por la boca para sacarla después por la misma vía, como la de la incomodidad al tener comida en el estómago y sentir su peso, es pura costumbre. Ahora, la culpabilidad, el malhumor causado por la pesadez del estómago y las ganas d encerrarme en el baño definitivamente no son costumbre, pero la magia de la ciudad d los ‘enkas’ me ayudó a tener fuerza para controlarme un poco. Al tercer día, junto con la desaparición del dolor de cabeza causado por el soroche (mal de altura, vivo a 100 msnm y la ciudad d Cusco está a 3500), se hizo más fácil controlar la ansiedad y la culpa. Digamos q me terminé de resignar al hecho d tener q permitirme hacer una digestión completa, ya que no podíamos parar el carro en medio d la carretera para q niña Cristal vomite el almuerzo q con tanto esfuerzo pagó su madre, y mucho menos podía evidenciar q me molestaba mucho estar tan llena (Con un plato d ensalada… y las demás cosillas q comía entre las comidas oficiales). Y eso significó purgarme (muy mal x falta d agua disponible) mínimo una vez al día, siempre a la hora d bañarme.

Así, mi alimentación se basó las dos primeras comidas en crema de verduras, pero al darme cuenta d lo mal q me sentaban (Tradúcese en “lo llena q me sentía con ellas y por ende la ansiedad q despertaban en mí”) y por el consejo de Encantada, opté por las ensaladas de verduras (“Lo menos calórico y más barato”). A partir del segundo día me di cuenta d q no me daban ganas d comer, pero igual terminaba haciéndolo la mayoría d las veces x mi mamá. Me paraba a tomar desayuno (Q casi siempre eliminaba, mal pero algo botaba), almorzaba y cenaba y me daba el lujo de COMER ENTRE COMIDAS. Caramelitos d limón (para el soroche), maní confitado o canchita serrana (q ahí saben completamente distinto a la d aki: es deliciosa!), si no almorzaba una ensalada en algún restaurante, la cual comía como castigada, eran frutas y pan serrano con queso serrano (A lo cual me acostumbré a comer) y luchaba por no tener q cenar la ensalada q tanta ansiedad (O crisis) me generaba, supongo q porque sabía q luego d ella me iría a dormir, previa ducha mezclada con comida.

Resultados?

Aparte de haber tenido una constante sensación de hartazgo, y por qué no, malestar (En parte por el efecto q la poca presión atmosférica ejerce sobre los líquidos y gases xD) y un evidente engordamiento (NO ESTOY LOCA! Hay más grasa en todas partes!)…

… Tolero la comida en mi estómago un poco más, y lo mejor d todo: LA DISFRUTO :) No todo lo como por comer, no todo lo q como me sabe a cartón y procuro no comer demasiado, porque además no tengo tanta ansiedad ni desesperación por encontrar más cosas que meterme. Soy más consciente de lo q ingiero y lo planeo un poco mejor. La culpa sigue presente, pero me doy el lujo de quedarme con lo q comí más tiempo en el estómago, luego d haber saboreado algunas cosas. Fue en Machu Picchu q me di cuenta d q después d meses, el chocolate q desayunaba no me causaba ansiedad y q es más, me sabía a chocolate y me gustaba :)

Desde ese día ha habido algunas cosas q he tolerado mejor q otras, eso sí, siempre hasta cierto punto. Es un “avance”, xq al menos puedo comerme un chocolate o un poco d papas fritas con José (Como hoy) sin sentirme miserable, y supongo q es x haber recordado q se siente tener algo dentro. Lo tomo como una especie de regulación, ya que sobretodo en Fiestas me descontrolé mucho. Ahora como menos, algunas veces como un poquito entre comidas, y me viene bien porque siempre me ha gustado más ana q mía, aunque no por ello dejo de recurrir a ella ni un solo día. Digamos q simplemente ya no siento la misma necesidad enfermiza de comer a cada rato, y me pone contenta ese reencuentro, ese “volver” a mí misma en varios sentidos, q me permite vivir un poco más, a pesar d q siga con las mismas costumbres aunque menos acentuadas.

Se puede tomar como “buena noticia”, verdad? :/

Bueno. Quise poner algunas d las mejores fotos del viaje, pero se me ha hecho un mundo escoger sólo un puñado de las fácil 600 o 700 fotos q he tomado. En un slide solito se hace pesadísimo, así q a continuación viene la sección imágenes con… bueno, todos estos slides xD.

Este es mi Perú :) Hope U like it!

Un par d respuestas a los comentarios del post anterior:

Troba: no hago apología d mi enfermedad, y si lo hago, d vdd q no fue mi intención. Creo q tienes razón en lo d no ser tan explícita con mis impresiones, sólo q tenía q decirlo. No había otra forma de expresar mi alivio, creo. Trataré d guardarme esos comentarios y más datos para mi diario, a partir d ahora.

Princesa: Pequeño malentendido. Ese café del desayuno, del cual me despedí, fue por la vía ordinaria y tradicional por la cual un líquido sale del cuerpo xD Pero tu impresión es correcta, porque sí hago lo q pensaste q hice con ese café, por lo q crees q lo hago. Tú me entiendes.