sábado, 3 de enero de 2009

Balance Anual

3 am del 2 de enero del 2009. Un año más que pasa en el calendario. Un año más de vida. Una oportunidad más de crecer.

La verdad? No estoy inspirada como desearía estar para escribir este post -Cuya idea ya había tenido en mente desde el año pasado y en ese entonces tampoco me sentía lo suficientemente inspirada para plasmarlo-, pero me he animado a hacerlo para tener las ideas más claras. Al menos tener eso claro, ya que nada más dentro de mí lo está gracias a esta incapacidad para pensar que tengo, o al menos para pensar en otra cosa que no sea comida (Horror!).

No estoy muy emocionada, ni siquiera es que me haya dado cuenta del todo que este es un nuevo (Y poco esperado) año. Cuando empezó el 2008 al menos tenía la vaga idea de cómo me iría en el transcurso del año, gracias a mi antenita de vinil que estaba alerta y a toda potencia y me dio un reporte de lo que se venía para los siguientes 12 meses. Por eso es que los viví más o menos tranquila, porque sabía a qué atenerme. Ahora me faltan fuerzas y motivación para siquiera desplegar mi antenita de vinil y dar hacer una excursión hacia el futuro. Mirar hacia delante me causa terror, y eso me imposibilita hacerlo. Y eso, a su vez, me causa muchísima inseguridad.

Cuando el 2008 empezó, estaba muy deprimida por las mil cosas que sucedieron al terminar el año. Encontré una sensación de equilibrio y tranquilidad que no pensé q podría tener. La vida abría sus brazos otorgándome miles de posibilidades, cual árbol que abre sus ramas al cielo, y yo tomaba la que mejor me parecía, con tranquilidad, sin ansias. Vivir día a día se me hacía algo difícil de lograr, pero por ello mismo más emocionante, puesto que saboreaba con gusto lo que los días soleados, nublados o lluviosos me traían. Tenía la motivación para pulir mis defectos y sacar a flote las pocas virtudes que aún encontraba en mí, y lo que más recuerdo de esa época es que me sentía muy a gusto conmigo misma, porque había logrado obtener un control increíble sobre mí y mi forma de comer, de modo que mi disciplina haría que ese año no cometiera los mismos errores del pasado.

No c cómo fue que me perdí. Cómo fue que todo fue decayendo, que todo ese entusiasmo por vivir lo que viniera, sea bueno o malo, simplemente se agotó. Me cansé de luchar. Me cansé de sufrir, de sentir, de pensar, de esforzarme para avanzar o salir a flote por mí misma. Y poco a poco me fui hundiendo en este vacío, en esta inactividad que me agota.

Enero empezó muy “bien”. Y es extraño decir que fue bien, ya que en ese mes todo era un caos. Llena de tristeza, hasta atenté activamente contra mí misma –son los cortes más recientes que tengo, admito q fue niñería-. La llegada de Neruda, nuevos errores garrafales de mi padre, la despedida de Bruno, la soledad y la añoranza que eso me trajo, porque me agobiaban por momentos, y una esperanza más que tuvo que morir a los días de nacer, porque caí en la cuenta de que no había futuro. Pero con todo eso, la tranquilidad que fui sintiendo, el equilibrio conmigo misma y los demás que alcancé, y la alegría que podía sentir con tan sólo ver una flor o el color del cielo al atardecer. Sonreía al aire, porque estaba enamorada y era bello estarlo, aunque no fuera correspondida. Estaba más satisfecha con mi cuerpo a pesar de no haber alcanzado logros realmente significativos. Me aceptaba.


De febrero hasta inicios de clase no hubieron mayores cambios en mi estado de ánimo. Descubrí que Bruno se había llevado consigo una parte de mí, la que tenía ganas de vivir, y con todos los chascos del año anterior estaba bastante desanimada, pero lo suficientemente sana como para seguir peleando.Era feliz comiendo “racionalmente” (Todos me decían que me mataba de hambre, pero para mí era genial no tener esa ansiedad asesina), aunque me desesperaba subir y bajar de peso constantemente cada vez que comía de más. Pero no puedo negar que hubo un cambio notable en mi peso y me sentía más a gusto así. Empecé la univ renovada por esas vacaciones tan provechosas. Dejé de ver a mis amigos x cuestiones de horarios y cursos y empecé a estar sola mucho tiempo. Pero a diferencia de hacía un año y medio, no lo sentía como algo tan malo. Me causaba gran desgano tener de transcribir y dibujar todo lo que miraba por el microscopio, pero estaba muy ilusionada con ir a hacer prácticas a un hospital, donde conocería a una d las mejores personas que se ha cruzado en mi camino -Annie chan.

Abril, mayo y junio fueron meses más pesados por los horarios que tenía para organizar mis actividades. Muchas cosas se me fueron juntando, entre las más resaltantes está el musical cuyos ensayos me traían loca –por lo poco prometedores y motivadores en un inicio pero muy esperados al final, dando por resultado un producto de calidad sin muchos precedentes en el ámbito cultural de Lima-. Los cursos de la universidad eran menos pesados que los del año anterior, sin embargo algunos se me hacían aburridos no porque no me gustaran, sino porque no me provocaba conocer estructuras. Más me gustaron Ética y psicología médica, porque participaba activamente y entendía muchas cosas del funcionamiento de la mente, cosa que me fascina comprender. Mi alimentación era balanceada, empezaba con una dieta vegana poco estricta por momentos, lo cual hacía que subiera lo que bajé pero con mucho menos diferencia, y mi paciencia aún no se agotaba así que volvía a empezar con fe, porque sabía que el efecto rebote cada vez era menor. Conocí a Antoine, que sirvió de distracción y casi me hace olvidar a Bruno (Admito que en un principio me sentí inexplicablemente atraída por él y hasta pensé que él era el indicado por esos ojos que tiene que tanto me perturban, pero luego de conocerlo mejor me di cuenta de que no hay nada en esta vida que nos una)… Pero poco a poco mi ánimo fue decayendo. Empecé a alejarme de mis amigos tanto d la univ como del teatro ya que sólo frecuentaba a los de mis cursos y los del musical, y el recuerdo de Bruno, que volvió en junio para mi cumpleaños, me hizo recordar mucho dolor.
(En la foto, algunos de BVs 60's)

Julio es un mes al cual le saqué el jugo. Funciones, abuso de laxantes, guardias en el hospital los sábados en la noche, un campamento desastrozo y un más desastrozo aún reencuentro con Bruno, que me hico revivir muchas emociones y esperanzas vanas… En julio, aunque tenía material suficiente para conversar por msn largo y tendido, agallas para dar un par de besos apasionados en y cantar a todo pulmón que “nadie puede parar el ritmo con el que el mundo se mueve” y “sin amor la vida es como un año sin verano”, ya estaba empezando a hundirme en la inercia, y ya tenía conciencia de que estaba tan mal como para llorar sin razón aparente. Y saberlo me asustaba, y buscaba la forma de animarme a mí misma para no estar tan mal. Pero el golpe contra el suelo vino en Agosto-Setiembre, y eso me rompió aún más mi ya maltratado corazón. Por esos meses no sólo perdí la esperanza, las fueras y las ganas de luchar, sino también me perdí a mí misma. Me refugié casi por completo en un amor que sabía nunca iba a ser correspondido, pero al cual me aferraba como única posibilidad para resurgir, y cuando estuve por completo segura de que no funcionaría terminé por apagar todo rastro de luz que pudiera estar prendido para mí. Y me refugié en los estudios, el blog y los ensayos de una nueva obra que me consagraría como Princesa (En todo el sentido de la palabra). Todo fuera por matar cualquier sentimiento de mi ser, de convertirme en un desierto incapaz de sentir cualquier cosa que pudiera luego hacerle daño y convertirme en un apersona feliz. Decidí estar triste de por vida, decidí estar mal, por costumbre, porque no me quedaba otra alternativa.

(En el vals)

Si no hubiera sido porque Annie chan se convirtió desde las vacaciones de Julio en mi sombra durante todo ese lapso para calmar mi desesperanza en silencio y ser una agradable cobija que me ayudara a descansar sin saber mucha de mi ansiedad, no sé qué habría sido de mí. Ella me acompañó en mi oscuridad sirviendo como lamparita incansable. Estaba atentísima a mis necesidades y no para (Hasta el día de hoy) de ser amable conmigo a pesar de no merecer ni una pizca de su atención. A veces puede ser un poquito insoportable, sobretodo cuando sale con sus cosas, y a veces se me hace de otro mundo que pueda ser tan fanática de las cosas que tienen que ver conmigo, convirtiendo eso en una de las cosas que menos me gustan de ella: su manía de subirme el autoestima hasta convertirme en una diva insoportable capaz de pensar que tiene derecho a algo. En nuestra relación, bastante interdependiente pero de poca confidencia (no sabe casi nada d mi vida!), soy yo quien es la dominante y la guía a ella y la regaña cuando se porta mal y no duerme o no come… Así de suave y buena es ella, que se desvive por los demás preguntando si estoy abrigada o dormí bien o si no tengo de dónde estudiar y no quiero ayuda en algo. Y por aceptar su generosa mano es por lo que me siento un poco convenida y hasta abusiva con ella, porque es la única persona que me da tanto, y siento q casi siempre soy muy egoísta y mala con ella. Pero lo cierto es que le debo mucho. Y no sólo a ella, sino a personas como la Silcópata, Animich, Sky Princesa, Princesa Encantada y mi mejor amigo José. Todos ellos me han acompañado y han aportado algo en que no me sienta tan mal como podría si estuviera sola.

(Mi José)

El día 29 de agosto pesaba 57,8 kgs. Me sentía como una vaca. Pero siendo sincera… El espejo me decía otra cosa. Esos casi 58 kilos me hacían realmente diferente de la Cristal que pesaba sólo un kilo más a esas alturas del año anterior. Yo notaba la diferencia en muchas partes de mi cuerpo, y esa diferencia hacía que me sintiera un poco gorda, pero por lo menos agradable. No entiendo. O la balanza mentía y el año anterior no eran 60 kilos, o es que mi ropa se había agrandado. Lo cierto es que podía usar cosas más bonitas y no se me formaban las mismas acumulaciones de grasa. Estaba segura de verme más promedio. Pero quería más.

No sé qué me pasó hace 3 meses exactos. La verdad, no sé qué obsesión tan extraña me dio en aquellos días. Se acercaba la fiesta de mi facultad, y entre que no tenía vestido, Antoine me desilusionaba una vez más, Bruno me evitaba, no hablaba con mi padre y un sinfín de pensamientos que pasaban –y no pasaban- por mi cabeza, entré en pánico. Solita me metí en la boca del lobo, solita metí los dedos en mi boca, y descubrí que lo único que tenía que hacer para vomitar era realmente intentarlo y nada más. Razones? Ninguna.

Pero ahora, 3 meses después de ese inicio, estoy bien metida en algo de lo que salir se me hace imposible. Porque quizás no sea demasiado tiempo haciéndolo, sólo son 3 meses de estar malográndome el esófago y estómago… Pero son ya 6 años sintiendo ansiedad por comer y buscando formas de deshacerme del error.

(Poserismo)

Este Año nuevo otra vez la pasé en mi casa. Me pegué un atracón con fideos con tuco que esperaron dentro de mí más de media hora para salir (Y al final su salida fue difícil y penc q me quedaría ahí del dolor de panza), y luego otro con un montón de dulces. Y para asegurarme, tomé té Ginseng –mi nueva herramienta- y un laxante. Luego vi una serie toda la madrugada con mi hermana. A la mañana siguiente, los cólicos me mataban, y tuve q volver a regresarme antes del almuerzo donde mi Nona porque en parte tenía q ir al baño (la otra razón se conoce de sobra).

Con lo q no conté es q fui ya muy evidente.

Mamá ya se está dando cuenta. Me afirmó con voz amenazadora que o estoy vomitando o me estoy laxando, pero que definitivamente no estoy asimilando nada de lo que como. Me dio una tableta de vitaminas. Y el resto del día estuve nerviosísima por ello. Encima que mi hermano se dio cuenta en la noche que estaba encerrada en el baño de arriba y me preguntó qué hacía ahí –“me lavaba las manos”-. Tanto fue mi miedo que me pasé gran parte del día sin casi comer, y cuando lo hice ya era bastante de noche y aunque mamá ya se estaba costando y mi hno no estaba, lo hice en la ducha para no levantar sospechas –Todo un trámite.

Antes notaba que el mundo giraba a mi alrededor y yo desde mi sitio trataba de girar con él; hoy día veo que sigue girando y no hago ningún esfuerzo por unirme. Sólo me dejo llevar por la fuerza de las vueltas que da, esperando que las olas del mar me dejen varada en alguna playa apacible donde descansar y encontrar las fuerzas para levantarme a andar un nuevo sendero.

No c q me depare este año nuevo. No tengo la capacidad de antes de mirar hacia el futuro e intuir lo que se viene, mucho menos de tomar decisiones importantes o planear cosas a largo plazo –aparte de aprobar bien mis cursos de la universidad, transcribir y seguir trabajando en shows y teatro-. Ni siquiera sé cómo haré en Cusco para soportar una semana de comidas regulares y tiempo familiar, estando tan acostumbrada a compartir con ellos un día cada dos semanas, y varios momentos fugaces al día (Y eso). Mañana se me hace lejanísimo, ni hablar de febrero. De por sí, ya tengo mucho miedo. Y es un miedo irracional y hasta neurótico, porque sé que todo el año estaré psicoseada por el nueve al final. Lo dije? Tengo terror de esa cifra en cuanto a años. Para mí ese año que pasó hace 10 años no debió existir, y no es que haya sucedido nada malo en él exactamente –aparte de una soledad tremenda en el colegio-, pero simplemente recuerdo tanto esa época y la pongo tanto como referencia de malos ratos en cuanto a “sentirme” que simplemente saber q nuevamente el calendario avanzó tan rápido hasta esa cifra me aterra. Pensar en ese año y saber q algo pasó en esa época me espanta. Y sé que todo el año estaré repitiéndome que las cosas nunca se repiten y he crecido y no volveré a hacer ni pensar ni sentirme como hace 10 años. Eso ya me estresa.

Pero saben? Espero, y sólo es un espero de ojalá, que todo mejore en este año. No me arrepiento de las cosas que hice (Al menos no de todas), porque sino no sería quien soy ahora. Los errores y los problmas son priebas para crecer, y si las supero seré mejor cada día.


Mi propósito para esta semana que viene, por ello, es tratar de tener las fuerzas para aguantar y no permitir que mi familia se de cuenta.

Mis otros propósitos de Año Nuevo son:
- Ser menos egoísta. Pensar más en los demás, tener más empatía y ayudar más de corazón.
- Ser más puntual ¬¬
- Ser más responsable con la universidad.
- Gastar menos. Ahorrar.
- Mantenerme por debajo de los 48 kilos (Se me ve aceptablemente bien para lo del teatro, no frieguen). Hacer ejercicios mínimo dos veces por semana.
- Aprobar con buenas notas todos mis cursos.
- Seguir con los shows y las obras de teatro *_*
- Esforzarme en salir a divertirme aunque sea dos veces al mes. Compartir con mis amigos.
- Ayudar a mi mamá.
- Cuidar mejor a mi perrita y sacarla a pasear más a menudo!

Y por el momento, no recuerdo más.

Feliz año Nuevo a todos!

2 comentarios:

..."""silvanna"""... dijo...

Silcopata? Quien es esa? uajaja

un pajarito me ha dicho que te muers por gianmarco!!!! y no esta nada mal el hombre... jejeje

ya no te voy a decir nah mas del tema, que se que no me vas a hacer caso....

pero en vacaciones pasatelo bien!!!!! nada de estar triste eh!!!! de verdad!!!! disfrutalas!

Sky Princess dijo...

te extraño!
los años pasan x algo querida, el que viene sera mejor :)