"Pobre de tí que te pongas en ese plan de bulímica y anoréxica"

… Resuena la voz clara de mi hermana, luego de abrir violentamente la puerta del baño

X qué regresar a mi casa significa entrar a un mundo de regaños, obligaciones y problemas?

He tenido un fin de semana fatal. Lo resumo todo con que he estado yendo de estrés por peligro a estrés de tardanza; de cansancio emocional a cansancio físico; de depresión profunda a hiperactividad feliz; yendo de norte a sur, este y oeste por toda la ciudad; acostándome a las 7 am luego de la bendita fiesta (A la que fui con un vestido prestado porque el que me compré se malogró, más estrés) y todo eso en un solo día. Mis pies me duelen hasta ahora, tengo callos y no puedo caminar bien (Por bailar y andar de puntitas como “Campanita”, la de Peter pan, en un show infantil), y ni hablar del dolor de cuerpo que tengo, tanto de cansancio como de hambre, xq casi no comí esta semana y menos el sábado. Aún así hoy domingo me tuve que despertar al mediodía porque tenía oootro show.

Domingo a la 1pm. Me baño para quitarme el olor a fiesta, y como me estaba yendo le digo a mi hermano que reciba el pedido de pollo y papas fritas que tenía que llevar a casa de mi abuela, que vive a dos cuadras d mi casa, porque mi mamá y hermano iban a almorzar ahí para despedirse de mi abuelo. Mamá me había encargado que le dijera que lo lleve para allá, y que si quería me podía comer algunas papitas, que de ahí es casi lo único que puedo comer (Y xq sabe que muero por las papas fritas). Pero por ser hora punta penc q se iba a demorar más de lo que se demoró y que no iba a poder comer papitas, y así en contra de mi voluntad pero tratando de ser algo razonable (Y xq mi estómago me lo pedía) cogí las mismas galletas y el mismo jugo de naranja que días atrás me hicieron vomitar, presintiendo que nuevamente significarían lágrimas y esperando que al menos me satisfazcan algo.

Llega el pedido cuando estaba comiendo aún. Bajo a recoger el vuelto (MI plata) y de paso a coger algunas papitas, porque miren! Me animé a comer PAPAS FRITAS a pesar de estar ya comiendo GALLETAS. Y mi hermano, práctico y egocéntrico como siempre, me impidió que coja alejando la bolsa de mí y diciendo, malhumoradísimo “Tengo que irme rápido, el abuelo ya se va de viaje. Esto es para el almuerzo.”

“Mamá me dijo que si quería podía comer papitas”

“NO ENTIENDES QUE EL ABUELO SE ESTÁYENDO DE VIAJE??? Si quieres papas anda para allá”.

Me quitó las ganas.

“Gracias por dejarme sin almuerzo”, le contesté frente al hombre del delivery y del wachimán, tratando de sonar como una persona que se preocupa por no quedarse sin comer.

Pero sí me afectó quedarme sin comer, cosa que en otros momentos me habría hecho feliz. No fue el hecho de no comer, sino el hecho de que mi hermano me haya negado la comida. Nunca les gustó que yo coma. O porque siempre como mucho y me como hasta sus raciones, o porque no les da la gana de compartir, qué sé yo. Subí las escaleras hasta el tercer piso de mi casa con la sensación extraña de tristeza, y sin querer me saltaron las lágrimas. Pensé que estaba muy bien luego de las cosas que me subieron el autoestima el día anterior, pero me di cuenta de que fue un espejismo por la manera tonta en la que me puse a llorar, sentada en el suelo, sollozando, como una niña que se acaba de caer. Cogí mi vaso con jugo de naranja y boté el líquido por el lavatorio de la cocina, acto seguido cogí lo que quedaba de galletas, las destrocé y las boté a la basura.

Me dije que no comería más en el día. Me fui a despedir a mi abuelo –no probé papitas aunque mi mamá me dijo que lo hiciera, y ni miré a mi hermano- y me fui al show. No me salió nada bien xq estaba exhausta. Más era un estorbo, sentadota en el mínimo espacio que teníamos, sin poder inventarme nada interesante o divertido para decirles a los niños y animar la fiesta, y sin siquiera poder poner la misma sonrisa que puse el día anterior. Y comí, sí: un caramelo, dos vasitos de jugo y dos bocaditos de gelatina de fresa. Llegué a mi casa a las 11 pm (8 horas en el bendito show!!!), exhausta y queriendo no hacer nada más que dormir, pero como no puedo hacer eso xq tengo que transcribir 3 clases (Imagínense lo cansada que estoy, rayos), me comí 2 melocotones y una tacita de café solo. Seguía con hambre, y esta vez era ANTOJO de pan con mantequilla, recién comprado. Eso rompería mi régimen vegano y encima me haría engordar mucho, y es lo que menos quiero hacer. Rayos.

Mamá no está, ha salido con Neruda. Suele hacer eso seguido, siempre conversan hasta muy tarde (Él la sigue cortejando pero ella no quiere nada con él), y como siempre que no está en casa, su cuarto está con llave. Adentro estaba el parlante que necesito para poder transcribir mis clases. Mi hermana entonces sacó de su escondite nada secreto la llave extra del cuarto de mamá y me dejó pasar para sacar el parlante. Pero entonces ví un six-pack de otras galletas que no me hacen romper mi veganismo, cogí un paquete y me lo devoré. Seguía con hambre, tremendo barril sin fondo. Volví al cuarto a sacar otro paquete y lo estaba abriendo cuando mi hermana me gritó desde el baño:

“Te dejé entrar sólo para que sacaras el parlante, no comida. Mamá cierra su cuarto porque sabe que te terminas todo lo que hay de comer”.

Cierto. Mamá tiene la manía de esconder los “tesoros” (Galletas, dulces) en su cuarto, así los aleja de la troglodita de Cristal, que en sus muchos momentos de ansiedad acaba con todo lo comestible que hay en la casa. Que triste que tengan que cerrar el cuarto por mi culpa, que triste que tengan que esconder la comida de mí. Lloré mucho cuando me di cuenta de que era por eso, y no porque mamá temía que le robaran. Tiene sentido, porque no tenemos empleada.

Pero esta vez la situación era diferente.

“Yo no puedo comer otra cosa, Ale, y aún así me vas a dejar sin comer lo único que puedo comer??? Yo no me acabo la comida hace mucho tiempo, y no me he cogido todo el six pack, sino sólo un paquete.”

Genial, segunda vez en el día que me prohiben comer, necesitándolo. Confirmo cada vez que cuando más lo necesito, menos me dejan hacer algo. Pero estaba empecinada con conseguir esas galletas, y x eso tb utilicé las tácticas de manipulación que tan utilizadas son en mi casa. Aunque por mi parte no siempre den resultado.

Ale se quedó callada. Sentí rabia contra ese paquete de galletas imbécil e hice lo mismo que con el de la mañana: lo trituré y lo boté a la basura, diciendo en voz alta pero lo suficientemente fuerte como para que mi hermana no lo escuche, (Según yo):

“No t preocupes, tienes toda la razón al quitarme la comida”.

Vale se quedó callada hasta que salió del baño.

“No pienses que no t escuché. Tú crees q no me doy cuenta de que te has comprado una faja, y que te pones varias fajas antes de dormir y usas esa crema reductora que se supone que funciona y haces ejercicios? Tú crees que no nos damos cuenta?”

Me dio mucho miedo cuando dijo eso. “Nos”: Mamá tb se da cuenta de que le robo sus cremas?

Pero lo anterior me pareció injusto. Yo no me he comprado ninguna faja, uso las que hay en mi casa. Cuando hago ejercicios, que es una vez a las quinientas (Y con la buena excusa de recuperar físico xq no puedo cantar ni actuar ni moverme mucho sin agitarme), siempre me pongo las fajas sobre alguna crema que robo de mi mamá o hermana (Xq ellas se compran cremas anticelulitis o reductoras, y nunca las usan. Mi hermana tiene sobrepeso, mi mamá siempre fue muy delgada pero desde su último embarazo hace 4 años se infló), y muchas veces duermo con ellas. Quizás no ayuden a quemar mucho pero dan algo de forma, supongo. Personalmente no me parece que eso tenga demasiado de bulímica o anoréxica.

El problema es q ella está sospechando, xq conoce mis antecedentes.

“Así que o te comes ahorita esas galletas o le cuento todo a mamá, y no me importa lo que tú quieras.”

Ale cerró la puerta del cuarto furiosa, y yo me sentí descubierta. Pero me tranquilicé, porque sus suposiciones las puedo desmentir. No me cuesta mucho comer fruta delante de mamá, ella sabe que soy vegana y lo puede atribuir a mi estilo de alimentación. Sé que mamá no es tonta, pero tp es que parezca enferma.

Igual ya es muy tarde. Ya aplasté las galletas y las boté a la basura. Y me ha dado mucha tranquilidad.