viernes, 29 de agosto de 2008

Mi credo

Tengo 20 años. Desde el vientre de mi madre perdí peso. Cuando bebé me prohibieron muchos tipos de comida. De niña me hice más fuerte y conocí muchos sabores. En la pubertad me volvieron a prohibir muchos tipos de alimentos. Con este historial, es lógico que haya desarrollado una fijación con lo que como, con las prohibiciones y los regímenes en la adolescencia

A veces pienso que no tengo nada. Q estoy bien. Que puedo con todo, a pesar d q no me lo creo. Repetírmelo ayuda a no rendirme.

A veces pienso q todo son ideas mías. Una más d mis locuras, un cuento más que me inventé y me creí.

Q el hecho d haber ayunado antes y no poder hacerlo ahora no me hace una obsesiva. Que el hecho de no vomitar pero sí tomar unos cuantos laxantes cuando siento q comí mucho no me hace una maniática. Q el hecho de andar midiendo cuán diferente amanecí no me hace una enferma. Que el decirme cada día “hoy no comeré” pero terminar tragando lo que considero conveniente lo hace todo el mundo. Que como mujer es normal querer bajar un poco de peso, hasta parecer modelo de pasarela a la que se le notan os huesitos, o mejor aún, alguna raquítica del África. Aprendí que eso es bueno. Que el restringirme por mi cuenta muchas cosas pero comerlas a escondidas y aún así negarlo es chistoso. Que no saberme la tabla de calorías de memoria pero comer lo menos calórico y ponerme a caminar por todo Miraflores luego de tragar chocolates como deprimida es estar sana.



Que todo anda bien, que todo el mundo es así, que esto es normal.

Quiero creerlo.

Y lo creo.

En serio, estoy bien. Todo va de maravilla. Me siento tranquila, en un oasis de calma, no tengo grandes problemas como he tenido en otras ocasiones (Este no era el punto).

Pero de pronto, mi cuento se desmorona cuando leo sobre el otro lado de la moneda.

Normalmente me llegan páginas donde puedo leer acerca de las chicas q ayunan y se quejan x haberse pasado de las 500 cal al día (O menos), que vomitan sus penas y evitan el pecado, que pesan menos de lo que deberían para su altura y edad y que siguen gordas, no importa lo que pase, están gordas. Y me comparo con ellas y me digo a mí misma: “Esta no soy yo. Yo no tengo este problema. Soy muy sana, soy más madura y más centrada d lo q pensé que era. Puedo con esto. No soy una obsesiva. No estoy enferma. Es más, creo que nunca lo estuve”.



Pero cuando entro de pronto a una d las tantas páginas que tb existen en las que se informa DESDE AFUERA, de forma científica e informativa, “que tal y tal es el síntoma, así piensan y así se sienten”, me convenzo de que efectivamente, pertenezco al grupo de las princesas engreídas, huecas y ciegas, que algo anda mal en mi cabeza y necesito tratamiento psiquiátrico.

Es cierto eso?

Es decir, me hace una enferma el hecho de pensar que soy fea y chueca y tengo q bajar de peso, cuando lo he pensado desde que tengo uso de razón?

Me hace anoréxica el evitar cierto tipo de alimentos, a tal punto de autodeclararme vegana sin siquiera conocer las bases filosóficas del movimiento (Y tampoco cumplirlo del todo sino cuando me entra la fuerza de voluntad)?



Soy anoréxica por haber logrado estar más de 96 horas sin comer cuando tenía 14 años, pero ahora no poder estar ni 18 sin consumir calorías, aunque vengan de una pastillita de menta?

Me hace bulímica el tomar laxantes cuando mi panza se hincha de comida y mi pantalón me revienta o el no descansar a propósito y pasármela gastando calorías, pero tener miedo a vomitar “xq me arde la garganta y después no puedo cantar”, o miedo a atragantarme con 15 o 20 laxantes xq “luego me hago dependiente y me estriño más”?



Ok, lo acepto, mi perfil psicológico es el de una anoréxica. Ok, lo acepto, sigo pensando y teniendo por momentos esas preocupaciones NO IRRACIONALES NI EXTREMAS a engordar. Ok, lo acepto, antes encajaba mejor en el cuadro de lo que hago ahora, pero sigo encajando. Ok, lo acepto, me pongo feliz cada vez que noto que estoy más flaca y me la paso tocando mis crestas iliacas anterosuperiores ahora que se notan siempre y viendo si puedo contar con más claridad mis costillas de la espalda y mis vértebras, que también se ven. Ok, lo acepto, me friegan mis rollos y acumulaciones de grasa y me la paso pellizcándolos, tanto así que tengo moretones y marcas de uñas por todo el cuerpo. Ok, a veces me paso con los laxantes y de hecho, no es normal mi forma de comer. Ok, lo acepto, mi relación con la comida es muy fuerte.



Pero no ayuno, sólo me quedo con hambre la mayor cantidad de tiempo que aguanto y considero normal. No hago ejercicio extenuante, sólo trato de mantenerme activa todo lo que puedo, no descanso, camino lo más que puedo para quemar calorías, movilizar grasas y gastar mis zapatillas y de vez en cuando, cuando me da la gana o me acuerdo y tengo tiempo, me encierro una hora en mi cuarto y hago ejercicios. No suelo buscar thinspirations. Tp me la paso leyendo blogs pro-ana o pro-mia o viendo videos. No soy fanática d la moda, y d hecho temo llamar la atención adelgazando de forma extrema.


Es eso ser una princesa? Xq no sé lo q soy. Si me rigiera por el criterio de todas las que escriben detalladamente su ingesta diaria y su miedo a engordar, soy una novata wannabie. Y sin embargo, si me rijo por el criterio de las salud, tengo 8 años comiendo menos para estar más flaca, sea por la razón que sea.

Por eso es que cuando me preguntan qué soy, si ana o mía, pienso bien lo que voy a responder. Porque mi forma de alimentarme puede herir susceptibilidades. Es grosero que en este mundo de seres etéreamente desnutridos y ácidamente maltratados exista una pseudoprincesa que sea pero no sea una de ellas x el simple hecho d q come porque quiere, pero no come bien para adelgazar.



No me entiendo! Quisiera ayunar, todas las noches pienso que mañana no comeré, que poco a poco me alejaré de la comida y luego se me hará tan natural como antes el no comer, que seré cruel y que de a pocos no lo lograré nunca. Pero en la mañana ya estoy programando mi ingesta y cuando como termino comiendo más de lo que pretendía. Basta con que vea la bolsa del pan, un keke o un chocolate para que mi boca empiece a salivar y encuentre la forma de escapar de mis propias promesas y poder comer sin sentirme culpable NO DE ENGORDAR, sino de fallarme a mí misma.

No puedo seguir un régimen constante por más de una semana. Basta q vea en peligro mi dieta un solo día para que lo eche todo por la borda. Me falta fuerza de voluntad, la recupero por unos días y la vuelvo a perder alegando que debo comer lácteos o pollo por salud, y sólo lo hago x eso. Y así mis miércoles se llenan de pollo frito, mis viernes de chocolates y mis sábados y domingos de pan con mantequilla.



No quiero. No quiero ser así. No puedo comer normal. Nunca lo he hecho. Desde muy pequeña tenía alergias y mamá me impedía comer cosas ricas. Desde muy chiquita dejé mucha comida en el plato porque me llenaba, pero bastaba saber que había algún dulce para tragármelo entero. Siempre robé golosinas de la cartera de mi mamá o me comí la torta guardada en la refrigeradora sin permiso, ganándome regaños. Y no era con mala intención. Ni siquiera cuando “dejé de ser anoréxica” comía normal: muchas veces comía una sola vez al día por bastante tiempo, y para mí eso era no estar enferma (14-18 años). No estar enferma era tragarme bolsas de chocolates a granel, y luego no almorzar ni cenar. No estar enferma era comer de todo cuando y como quisiera, ponerme bajo un régimen sano cuando engordaba mucho, pero nunca infringiendo la norma del no comer en tal o cual lugar, o coger tal cantidad de bocaditos.



Qué engañada he estado. Nunca dejé de tener desórdenes alimenticios. Simplemente cambié la estrategia, o dejé de estar compulsivamente preocupada. Aprendí a no dejarme manipular por la culpa horrible que sentia y q ahora a veces siento cuando estoy obsesionada, sé reconocer los límites de lo sano y lo no sano, y sobretodo, tengo miedo de preocupar a mi mamá. Felizmente mis obsesiones duran poco, porque si fuera realmente enfermiza estaría bajo tierra. Eso, sumado a mi entorno, es lo que ha impedido que me hunda en el hambre eterno. Y doy gracias q sea así, aunque de verdad, muchas veces me gustaría ser un poquito más obsesiva o constante o estar más enferma, para poder hacerme realmente daño y adelgazar. Me gustaría que la gente se preocupe un poquito por mí y diga q he adelgazado mucho, pero me asusta q mi mamá empiece a meterme la comida a la boca, como antes. Y x eso me freno. Quiero llamar la atención x un rato, nada más, pero no quiero q después la gente esté encima d mí.



Y x eso, aunque en el fondo quisiera estar en los huesos, como. Xq me da miedo la gastritis. Porque quiero tener fuerzas para hacer las muchas cosas q hago en el día. Xq estoy acostumbrada a comer. He descubierto q es como si necesitara tapar algún hueco de afecto con el dulce, una muestra de cariño de mí para mí; eso es, la comida para mí significa decirme que me quiero y me respeto y así me doy mi dosis de dulzura cuando no me comporto amablemente conmigo misma en otros aspectos.



Me gusta comer. Me encanta. Si no como un día siento q estoy haciendo algo muy malo, no a mí, sino a la gente q quiero. Y si no he dejado de hacerlo es xq aún tengo miedo de enfermar de nuevo y llamar la atención de mi familia; si no he dejado de comer es xq aún le tengo miedo al hambre, a la sensación de mareo que tantas veces me hizo sentir orgullosa y fuerte, y al posterior descontrol sobre mí misma, cuando me reconcilio con mi tan anhelado alimento físico como si la comida fuera a desaparecer. Y luego crear un círculo vicioso al darme cuenta de q gané más de lo que perdí y tengo q ayunar con más fuerzas.


Yo creo q algo anda mal en mi cabeza. Xq el problema es q no encajo en ningún grupo. No estoy sana, pero tampoco estoy enferma. No soy anoréxica ni bulímica, pero tampoco soy una chica normal. Y me temo que nunca lo seré, porque siempre voy a estar fijándome en lo que como, cuánto como y sobretodo cuán gorda o hinchada o grasosa estoy.

No sé que soy. No califico como una buena ana y mucho menos como una mía. Disorexia sería el mejor término para lo q me pasa, pero tampoco puedo decir q me pasa algo, porque me comporto de una forma pero pienso como otra. He cambiado. He encontrado un equilibrio y una estrategia nueva en la comida ordenada y medida. Pero creo q no estoy curada, y q nunca lo estaré. No mientras siga teniendo esos pensamientos. La corona no me la quita nadie, xq ni yo misma quiero qutármela. Y es muy cierto eso d q "una vez q lo eres, ya no puedes dejar d serlo. T puedes recuperar, pero depende de tu fortaleza volver a caer o no. Cada día es una constante lucha con tuus demonios internos".

3 comentarios:

PrincessLil' dijo...

Me pasan muchas de las cosas que a ti , Cristal preciosa, el plantearme no comer la día siguiente y aun así hacerlo y otro día desear ser sana y querer comer aunque no tenga hambre. Un día comer con hambre y otra morirme de dolor mientras mi tripas suenan, querer estar en el estándar de sana y hacérmela creer. Es eso, creo yo, queremos convencernos a nosotras mismas que somos sanas, o que podemos serlo aunque sea 3 días de 7 a la semana, pero no podemos dudar que a diferencia que el resto de gente la comida ocupa mucho tiempo en nuestras cabecitas, así sea para comer o no comer. Sabemos que lo último que queremos es morirnos por eso, aun así nos quedamos en nuestras obsesiones, y queremos vernos delgadas. Mi problema y el de todas las princesas es nuestra puta obsesión, controlarla y poder bajar sanamente seria nuestra salvación, pero ahí algo raro que nos llama a pensar en comida de una manera extraña que para otros es natural, para nosotras puede ser la gloria o el peor castigo. No sé que será lo que tenemos, quiero decirme a mi misma que no soy anorexia pero ya ni sé! pero el desorden alimenticio ahí esta, así haya dejado mi convulsión por los laxantes y tome un buen desayuno sigo comiendo muy por debajo de lo normal, y sigo esperando que sea sábado para recibir un envío de una amiga con semillas especiales (+ laxantes naturales) comer o no comer, la pregunta del día tras día, últimamente la respuesta fue si y al final del día un ¿porque?.
Ya saldremos de esto, aunque por lo que veo tu andas un poco mejor que yo, jeje! (creo que mucho de lo que escribiste y respondí me ha inspirado y lo haré parte de una entrada en mi blog! gracias! besos

Sky Princess dijo...

"Me gusta comer. Me encanta. Si no como un día siento q estoy haciendo algo muy malo, no a mí, sino a la gente q quiero. Y si no he dejado de hacerlo es xq aún tengo miedo de enfermar de nuevo y llamar la atención de mi familia; si no he dejado de comer es xq aún le tengo miedo al hambre, a la sensación de mareo que tantas veces me hizo sentir orgullosa y fuerte, y al posterior descontrol sobre mí misma, cuando me reconcilio con mi tan anhelado alimento físico como si la comida fuera a desaparecer. Y luego crear un círculo vicioso al darme cuenta de q gané más de lo que perdí y tengo q ayunar con más fuerzas."
Me he sentido, o algunas vcs m siento, perfectamente igual, es un circulo vicioso, avcs t olvidas otras estas ahi pensandolo y pensandolo. Ultimamnt no he caido, no se muy bn a q se debe q tnga mis "tmporadas". Pero doy gracias xq aun no vuelvo...
T adoro Crif no tomes laxantes :(
ni t sigas pellizcando!! :(
la "grasa" n la panza no c kita djando d comer y lo sabes, tngo amigas q son delgadas y tienen poca o no tienen panza pero la tienen medio rara, como muy flacida... eso es xq no hacn ejercicio U_U ntoncs ve flacida y rara.
Yo tmp hacia mucho ejercicio, ahora hago un poco, tngo panza pero no esta asi gracias a mis años d natacion q permitieron q se m formen como lineas a los costados y q no c vea tan flacida jajaja.
Asi q para q no veas grasa ahi ni tngas q star haciendot naa haz abdominales!!!
Ah!! una amiga m dijo, hace mucho, q cuando ella paraba en l gym (no c xq le gusta tanto) le daban como q los tips... y m dijo q cuando camines comprimas la barriga, q hagas ambas cosas al mismo tiempo y q eso, con el tiempo hace, q se endurezca xq hac no c q cosa...
adios!!
t kiero!! =)

..."""silvanna"""... dijo...

:(

Ojalá pudiera hacer lo que fuera para que te sintieras bien :(