Madurar...
Crecer...
Dejarme de comportar como una niña engreída...
Me jacto de tratar de ser buena y amar al resto del mundo... Pero sólo lo digo. En ningún momento lo he hecho. Vivo para sentirme bien conmigo misma, aún x encima de lo que los demás desean y necesitan d mí. Aún x encima d lo q podría darles. Sólo espero recibir. Sólo espero mi bienestar. Y nunca, realmente nunca me ha importado el del resto. Q clase de persona soy? Una basura, sencillamente eso.
Me preocupo x cosas banales, como la importancia d q alguien me lea, o d q mi cuerpo esté más delgado, o d que nadie me vea. Y no me doy cuenta del daño que les hago a los demás. Y me sigo jactando d ser buena, y sigo pensando q doy amor, pero no es cierto. Me quedo con todo adentro, no se lo doy a nadie. Por temor a ser ridiculizada. Por miedo a ser rechazada. Por vergüenza a hacer algo distinto, algo q no suelo hacer. Prefiero hacerme la fuerte, la q no tiene sentimientos y puede soportar cualquier tipo de situaciones, invento personajes dependiendo de la gente con la q me encuentro... Pero así no soy feliz.
Quién soy? Hasta hoy en la madrugada me sentí la peor basura, una fracasada sin talento ni nada especial. En el transcurso del día me convencí de que no le importaba a nadie. Pero está bien. Si aún sin importarle a nadie, esa persona es feliz, está bien. Aunque pase por encima mío. Y ahora, después d haber dejado q fácil 10 horas casi continuas de anime me lave el cerebro, ya no c q pensar sobre mí misma.
Me odio, y d eso no hay duda. Pero no c qué hacer respecto a mi situación, respecto a mis relaciones. Si seguir siendo dura y seguir con ese caparazón tan hiriente, o si ablandarme y dejarme llevar, moldear, a gusto d los demás. No quiero volver a ser una niña sin voluntad ni mente propia para decidir, pero tampoco quiero seguir siendo un monstruo q le hace la vida imposible a todo el que se cruza en su camino.
Lo d monstruo c me va a quedar. Pero puedo tratar d al menos no ahuyentar tanto a las personas. Después d todo, y aunque no sienta q son al 100% sinceras, cerca de mí ya no me sentiría tan sola. Siempre me siento así, pero la compañía mengúa esa sensación al menos por ratos.
Sigo sin querer ser feliz. Le tengo miedo a mi futuro. A mi pasado, q me persigue. Prefiero vivir mi presente sin casi pensar, disfrutar d mi ahora y descansar de tantas tensiones. Muero d terror d ponerme metas y proyectos, pero tampoco quiero ser tan mediocre como el año pasado. Me he dado cuenta d q a pesar d haberlo intentado, nunca conseguí un papel bueno x falta de talento, que tampoco mis notas son como pudieron ser xq soy conformista y nada inteligente y q en mi chamba me conformaba con un “simplemente sal a escena y parece”, no me esforcé x ser, simplemente x salir d las obligaciones como sea y hacer por hacer. Ya no. No quiero ser rabiosa, no quiero ser dura ni arisca ni indiferente. Quiero ser buena. Quiero d una buena vez, ser buena persona. Tengo miedo de hacerle daño a la gente. Es mi mayor miedo. Quiero hacer feliz a los demás, es lo q más quiero. Quiero ser útil, ser especial para alguien. Y ahora no siento serlo. Y creo q hago demasiado daño con mi simple presencia en mi casa, con mi simple forma de pensar, con mis gestos y mi silencio.
Me odio x no poder ser lo q quiero ser, ni poder ser lo q las demás personas necesitan. Me odio por ser yo, Cristal (Había puesto mi verdadero nombre pero lo borré, x miedo), de 19 años, pero inmadura como una niña de 2. Ya no quiero vivir quejándome y teniendo pena de mí misma. Quiero alegrarme por las miles d cosas que tengo, porque a pesar d q mi vida sea difícil, no lo es tanto como la d otras personas. Xq al menos tengo un techo, una mesa, dos camas y una familia muy buena y disfuncional (y por lo mismo, divertida), a la cual recurrir cuando quiera.
El problema es q no me siento preparada para pedir ayuda. Porque aún no estoy bien, y no quiero estar bien. Sé que tengo las herramientas, pero no las quiero usar, xq significaría crecer. Y me encanta ser una niña. Pero ya es hora de hacerle frente al hecho de q crecer simplemente significa pensar las cosasa, atenerse a las consecuencias, no ser tan sentimental e irracional, observar y sno simplemente ver. No quiero llamar la atención, pero evitando llamarla, la llamo aún más. Es un círculo vicioso a cuyo origen siempre retorno, con lágrimas en los ojos y queriendo cambiar, pero nunca lo consigo. Me frustra ser tan inconstante.
Quiero tener a mi mamá. Eso es lo q me pasa. No quiero q me la quite otra persona. Xq cuando ella anda d enamorada, empieza a crear su mundo alrededor d esa persona, y ni me escucha cuando tengo algo q decirle, y mete sus asuntos dentro d los míos. Nunca he podido hablarle tranquila xq siempre termina diciéndome algo d su experiencia o d lo q a ella le está pasando en ese momento con quien sea, tenga o no que ver conmigo.
Crecer...
Dejarme de comportar como una niña engreída...
Me jacto de tratar de ser buena y amar al resto del mundo... Pero sólo lo digo. En ningún momento lo he hecho. Vivo para sentirme bien conmigo misma, aún x encima de lo que los demás desean y necesitan d mí. Aún x encima d lo q podría darles. Sólo espero recibir. Sólo espero mi bienestar. Y nunca, realmente nunca me ha importado el del resto. Q clase de persona soy? Una basura, sencillamente eso.
Me preocupo x cosas banales, como la importancia d q alguien me lea, o d q mi cuerpo esté más delgado, o d que nadie me vea. Y no me doy cuenta del daño que les hago a los demás. Y me sigo jactando d ser buena, y sigo pensando q doy amor, pero no es cierto. Me quedo con todo adentro, no se lo doy a nadie. Por temor a ser ridiculizada. Por miedo a ser rechazada. Por vergüenza a hacer algo distinto, algo q no suelo hacer. Prefiero hacerme la fuerte, la q no tiene sentimientos y puede soportar cualquier tipo de situaciones, invento personajes dependiendo de la gente con la q me encuentro... Pero así no soy feliz.
Quién soy? Hasta hoy en la madrugada me sentí la peor basura, una fracasada sin talento ni nada especial. En el transcurso del día me convencí de que no le importaba a nadie. Pero está bien. Si aún sin importarle a nadie, esa persona es feliz, está bien. Aunque pase por encima mío. Y ahora, después d haber dejado q fácil 10 horas casi continuas de anime me lave el cerebro, ya no c q pensar sobre mí misma.
Me odio, y d eso no hay duda. Pero no c qué hacer respecto a mi situación, respecto a mis relaciones. Si seguir siendo dura y seguir con ese caparazón tan hiriente, o si ablandarme y dejarme llevar, moldear, a gusto d los demás. No quiero volver a ser una niña sin voluntad ni mente propia para decidir, pero tampoco quiero seguir siendo un monstruo q le hace la vida imposible a todo el que se cruza en su camino.
Lo d monstruo c me va a quedar. Pero puedo tratar d al menos no ahuyentar tanto a las personas. Después d todo, y aunque no sienta q son al 100% sinceras, cerca de mí ya no me sentiría tan sola. Siempre me siento así, pero la compañía mengúa esa sensación al menos por ratos.
Sigo sin querer ser feliz. Le tengo miedo a mi futuro. A mi pasado, q me persigue. Prefiero vivir mi presente sin casi pensar, disfrutar d mi ahora y descansar de tantas tensiones. Muero d terror d ponerme metas y proyectos, pero tampoco quiero ser tan mediocre como el año pasado. Me he dado cuenta d q a pesar d haberlo intentado, nunca conseguí un papel bueno x falta de talento, que tampoco mis notas son como pudieron ser xq soy conformista y nada inteligente y q en mi chamba me conformaba con un “simplemente sal a escena y parece”, no me esforcé x ser, simplemente x salir d las obligaciones como sea y hacer por hacer. Ya no. No quiero ser rabiosa, no quiero ser dura ni arisca ni indiferente. Quiero ser buena. Quiero d una buena vez, ser buena persona. Tengo miedo de hacerle daño a la gente. Es mi mayor miedo. Quiero hacer feliz a los demás, es lo q más quiero. Quiero ser útil, ser especial para alguien. Y ahora no siento serlo. Y creo q hago demasiado daño con mi simple presencia en mi casa, con mi simple forma de pensar, con mis gestos y mi silencio.
Me odio x no poder ser lo q quiero ser, ni poder ser lo q las demás personas necesitan. Me odio por ser yo, Cristal (Había puesto mi verdadero nombre pero lo borré, x miedo), de 19 años, pero inmadura como una niña de 2. Ya no quiero vivir quejándome y teniendo pena de mí misma. Quiero alegrarme por las miles d cosas que tengo, porque a pesar d q mi vida sea difícil, no lo es tanto como la d otras personas. Xq al menos tengo un techo, una mesa, dos camas y una familia muy buena y disfuncional (y por lo mismo, divertida), a la cual recurrir cuando quiera.
El problema es q no me siento preparada para pedir ayuda. Porque aún no estoy bien, y no quiero estar bien. Sé que tengo las herramientas, pero no las quiero usar, xq significaría crecer. Y me encanta ser una niña. Pero ya es hora de hacerle frente al hecho de q crecer simplemente significa pensar las cosasa, atenerse a las consecuencias, no ser tan sentimental e irracional, observar y sno simplemente ver. No quiero llamar la atención, pero evitando llamarla, la llamo aún más. Es un círculo vicioso a cuyo origen siempre retorno, con lágrimas en los ojos y queriendo cambiar, pero nunca lo consigo. Me frustra ser tan inconstante.
Quiero tener a mi mamá. Eso es lo q me pasa. No quiero q me la quite otra persona. Xq cuando ella anda d enamorada, empieza a crear su mundo alrededor d esa persona, y ni me escucha cuando tengo algo q decirle, y mete sus asuntos dentro d los míos. Nunca he podido hablarle tranquila xq siempre termina diciéndome algo d su experiencia o d lo q a ella le está pasando en ese momento con quien sea, tenga o no que ver conmigo.
Quiero llevarme bien con mis hermanos. Muero d miedo de q mi hermano me siga odiando, d q mi hermana se moleste más conmigo y descubra mis nuevos cortes. Pero tampoco quiero ser pisoteada por ellos siempre, x este carácter de porquería q tengo, x no ser ordenada y q mi opinión no tenga importancia. Yo c q es así, xq siempre me lo han demostrado, en mi casa las cosas se informan, no se preguntan. Y aunque no esté de acuerdo, no puedo hacer nada. Por eso callo, x eso otorgo, x eso me molesto y me frustro y me alejo, para q sean felices a su modo y libres de tener lo mío, a pesar d q me duela.
Acaso mi mamá me preguntó si estaba de acuerdo con su nuevo noviazgo? No. Simplemente él vino, empezó a quedarse en mi casa más tiempo y el viernes en la tarde lo anunciaron oficialmente, como si yo no lo supiera. No me alegró, aunque esbocé una sonrisa, xq ya lo sabía. Pero qué podía hacer? Quejarme? Decir ”Mamá, no quiero”? No. Porque si hay algo q sé es q mi mamá se merece todo el amor del mundo, merece rehacer su vida y ser feliz. A pesar d q eso me incomode, me haga daño, y las decisiones q ella tome no sean d mi agrado. Xq es la persona q más quiero en este planeta y prefiero estar yo mal a que ella lo esté. Todos están bien con Jorge ahora, mis hermanos lo adoran, entonces xq entrometerme? xq ponerme en medio? Por eso estoy distante, x eso no quiero hablar ni compartir. Xq ya se han acostumbrado a una familia de 4 personas y yo ahí soy la verdadera intrusa, la verdadera carga, el estorbo. Y mi reacción, a pesar d q sea algo para bien, no fue alegrarme, sino enfurecerme. Xq soy demasiado egoísta para entenderlo con el corazón, xq vivo por mi bienestar y me friega q no tengan presente nunca lo q yo quiero. Pero me imagino q así debe ser, xq así fue siempre y así se debió quedar.
El otro anuncio que mamá dio fue q esa misma noche ella y Jorge se iban d viaje a provincia, de vacaciones. Q mi hermana iba a ser la encargada de la plata y la comida. Y q iba a supervisar q yo comiera siempre. Me molesté, obvio, xq encima d hacer algo q yo no quiero q haga (Y contra lo cual simplemente no puedo hacer nada), le está dando la confianza a mi hermana, algo q siempre me había dado a mí. Me sentí desplazada, sin importancia, innecesaria. Q rayos hacía ahí? No me necesitan! Ni siquiera les importo!
Mi humor empeoró. No quería ver ni hablar con nadie. Mi hermano fue a dejarlos a la central de autobuses y cuando volvió quiso hablar conmigo, usando como protección la charla que tuvimos aquel domingo que también hice berrinche x el almuerzo familiar (Que al final no resultó tan catastrófico). Y yo no quise dirigirle la palabra. Xq no sabia qué decirle. Xq no quería q me ayudara, xq me gusta estar a oscuras. Me pidió que contara con él, que le dijera qué tenía, que parecía q los odiaba a todos y q necesitaba saber si también lo odiaba a él, para poder irse a la playa de fin de semana tranquilo. No le dije ni pío, sólo le pedí q se alargara del cuarto de trabajo, el templo de mi casa que yo estoy profanando con mi presencia. Empezamos a forcejear, se puso a llorar y me pidió q no le volviera a dirigir la palabra nunca más, en toda mi vida. Perder al hombre que menos daño me hace, al hombre que más quiero, al único que conozco que vale la pena de verdad porque es bueno y puro, eso no lo iba a soportar. Me demostró q tb me odia. Lo dejé con las palabras en la boca me fui a mi cuarto, agarré la navaja de afeitar nueva y en contra de mi costumbre y mi sentido común, empecé a marcarme los brazos. Tenía miedo de que alguien me viera, pero en cierta forma era mi intención. “no quiero llamar la atención, esto es una ridiculez, no quiero cagarle el viaje a mamá, ella es capaz de regresarse”, pensé. Pero lo hice igual. Sentí cómo temblaba y pensaba en nada cuando lo hacía. Mi hermano estaba llorando, ofuscado, y tan molesto conmigo q ni se le cruzó por la cabeza que yo volvería a hacer algo que según todos, “había quedado atrás”. Mi hermana, en el msn, debe haber pensado q simplemente escapé de él. Mi cubrecama se manchó de rojo, yo no sabía que hacer. Al rato me encerré en el baño de visitas (El que yo uso) y no salí de ahí hasta las 3 de la mañana, para coger una colcha porque el frío del piso me estaba matando. Mi intención fue dormir ahí, y eso hice. Pero antes le escribí una nota a mi hermano que dejé debajo de su celular, en la que le aclaraba q lo quería con todo el alma y que no quería que él también me odiara, suficiente conmigo misma.
El baño de visitas mide 1.70 m x 0.8m, o sea, es enano. Y la única entrada de luz, además del foco, es el borde inferior de la puerta y un pequeño tragaluz que da hacia el comedor, y por donde también entra sólo la luz artificial. Al apagar la luz me sentí en la cueva del lobo, pero para mí estaba bien, xq eso era lo que necesitaba. Dormí muy mal, me golpeé la cabeza con el water y me dolía cada vez q la apoyaba por ese lado. Estaba encogida, se me ocurrió estirarme recién en la mañana. Pero no quería ir a otro lugar, xq un ser tan bajo como yo no merecía una cama, no comodidad, ni siquiera eso. Me sentí la peor basura del mundo, la más fracasada, la más infeliz. Una nada. No merezco nada, ni bueno ni malo, simplemente nada. La gente a mi alrededor no me quería, no le importaba lo q fuera d mí, mi opinión no tenía valor, mi presencia no era necesaria, ni siquiera tenía la carga d alguna obligación que cumplir, xq no soy buena para nada d lo q hago. Nunca he conseguido algo bueno realmente. Qué hacía viva? Me dolía la cabeza x la congestión y el llanto. Pensé mil cosas a la vez: desde cómo matarme efectivamente hasta a dónde huir a esas horas d la noche. Estuve a punto d ir a buscarme pastillas o irme al malecón a llorar en el mismo lugar, y estaba pensando gastar mis ahorros y comprar algún pasaje de avión o a casa de quién podía ir, sin levantar sospechas y que a la vez me aceptaran. Pero no hice nada de eso: me quedé en el piso del baño, adolorida. Porque no sabía dónde estaban las pastillas, en medio del desastre que es mi cuarto, y las del cuarto de mi mamá están bajo llave, y no quería matarme neuronas (Ese es mi fetiche); porque me daba miedo irme de la casa y terminar prostituyéndome, eso no va conmigo (Aunque lo he pensado); y porque es ESTÚPIDO escapar así.
En el piso del baño, encogida, con frío y dolor, me dí cuenta de que me estaba comportando como una niña engreída, una idiota perdiendo el tiempo. Que iba a llegar un día en que sólo iba a reír d todo esto, e iba a poder entender mejor las cosas. De lo único q estaba segura era d q había un Dios, q sabía por qué hacía las cosas. Y no importaba si yo entendía o no, simplemente debía aceptar y tratar d llevar la fiesta lo mejor posible. Xq de otro modo le haría la vida imposible a los demás. Y de pronto empecé a pensar con mayor claridad, como si hubiera pasado por un umbral y hubiera crecido en edad, madurado. De pensar q lo q hacía era realmente la única solución a mis problemas, pensé q era tonto esconderme así y que tenía q tratar mejor a los q me rodeaban. Si era un carga, lo iba a ser peor siendo tan mala. No me iba a conformar con un simple “así soy, entiéndanme y acéptenme”, sino un “así soy, pero no quiero serlo más. Quiero cambiar para bien. Quiero ser luz, aunque ahora esté apagada”. Me quedé ahí porque de alguna forma tenía q pagar el daño que estaba haciendo, y no me persigné esa noche para rezar, xq sentí miedo.
Desperté varias veces en el transcurso de la madrugada. Sentí los pasos de mis hermanos, los llamados de Vale q me pedía saliera de ahí, pero recién le hice caso al mediodía. Me fui a mi cama, a mi verdadera cama, y encima de todos los libros y la ropa y los lapiceros y los cachivaches me eché, me tapé los brazos y dormité dos horas, hasta q ella regresó de la calle. Mi hermano fue a despedirse, me dio un beso en la frente. Me pidió que no me encerrara. Y desde las dos d la tarde me la he pasado viendo tv y animes. 13 horas casi sin interrupción.
Vino una amiga de Valeria y hasta la hizo pasar al cuarto, a pesar d q sabe q a mí no me gusta q meta gente a mi cuarto, estando tan feo. Pero a ella no le importó mi opinión. Y no le hice líos cuando ella se fue. Xq si ella es feliz así, está bien. Todos son más felices cuando yo no lo soy, cuando yo sufro, cuando yo purgo, y eso lo he comprobado cuando tenía 13 años. Mamá me mandó un mensaje a mi cel hoy en la noche. No lo leí bien, xq me hacía daño, y no estaba preparada. Y tampoco le respondí.
Estoy castigada, bajo supervisión de mis hermanos. No puedo salir a la calle a no sea que tenga q pasear a Poupée o comprar la comida con Vale. Ni a mis ensayos puedo ir. No puedo ver a mis amigos, ni mucho menos recibir visitas. Yo me he autoimpuesto tampoco poder hablar por teléfono, ni ver televisión ni leer las historietas. Los castigos son para pensar. Soy muy estricta. Pero me puse a ver “Fruits basquet”, me llamó Claudia y me voy a volver loca con tanta inactividad. Lo siento x mi castigo, pero al menos a mis ensayos sí me escaparé. Y esto significa no ir al internet ni msn ni esas cosas, la menor cantidad de diversión posible. Ah! Y la premisa es evitar q alguien se de cuenta de los estúpidos cortes, xq sino se va a armar la gorda! Me he puesto pulseras y me he abrigado en presencia de mi hermana, felizmente no está tan caluroso y no voy a salir como para ir en manga corta x ahí. Sólo espero q nadie note nada, xq sino se alarmarían y no quiero tener a nadie pendiente de mí, que pierdan la confianza y yo la libertad.
No c aún qué es lo que deba hacer. Me siento desorientada, mi cabeza aún no se decide por completo y mi corazón está hecho pedacitos, cada uno con un contenido diferente. Sólo sé q no puedo seguir siendo tan mala. No c si me lleve mejor con jorge cuando llegue, o si algún día llegue a sentirme bien conmigo misma x ser quien soy... Todo está muy confuso aún. Pero espero q con los días y con el “retiro espiritual obligatorio” todo se arregle. Tiene qué. Porque nadie puede seguir viviendo con una carga tan pesada como Cristal.
2 comentarios:
CRIIIIIIIIIIIIIIIIIIS
FELIZ AÑO!!!
Bufff no sabes las que he pasado :(
espero que estés bien, prontito me pondré al tanto de lo q has escrito, por el momento decirte q te recuerdo y q extrañaba leerte... te visitaré prontito. Un abrazo.
Aza
Hola Criss como estas.
Llevo tienpo alejada y me hacen mucha falta.
Estoy llegando a un punto en el que estoy empezando a caer de nuevo y no quiero llegar más abajo.
Solo pasaba a saludar.
Besos
Publicar un comentario