De vuelta

Acabo de regresar a mi casa, después d haberme caminado todo el trayecto desde el cine Alcázar hasta mi casa. Me demoré dos horas. Paré un rato para ver el mar, por si de un momento a otro la luz se hacía en mi cabeza y se esclarecía la pregunta: q acabo d hacer? Estuvo bien plantar así a mi hermana, ser tan maleducada e inmadura y hacerla sentir tan mal de nuevo? Después d todo, y a pesar d q iba a ser difícil para ella x la forma en cómo la he estado tratando últimamente, sólo quería tener un detalle bonito conmigo invitándome al cine, como me dijo “Xq terminaste tus exámenes”. Pero no. Cristal la tenía q cagar toda. Como siempre.

Caminaba regreso a mi casa de la universidad, con mi almuerzo en la mano (2 vasitos de yogurt con cereal, 127,5 cal c/u), cuando me llamó. Me pareció super raro, después d todo la había vuelto a regañar en la mañana. “Q tal t fue?”, “No c. Mañana salen las claves”. “Tienes algo q hacer más tarde?”, “No”, “Chévere. T invito al cine”, “No, Vale; tengo mi almuerzo en la mano y no tengo plata ni ganas”, “Dónde estás?”, “Llegando a la casa. X?”, “Xq estoy en la esquina de la calle X con la calle Y, si t apuras me alcanzas. Yo pago”. Lo pensé. Bueno, a pesar d q no estaba d humor para escuchar su voz y q no tengo ganas d hablar ni de ver a nadie, supuse q sería una buena forma de intentar acercarme a ella (Después d todo ella estaba tratando de ser amable conmigo), así q le dije “Está bien”. (Me estresa q esté adoptando la forma d hablar de Kikí, una amiga de ambas del colegio q fue animadora de 1ra comunión junto conmigo, y q no c cómo se ha hecho tan amiga de Valeria. Ahora la para metiendo a mi casa a cada rato, la mete al cuarto y se sienta en mi cama sabiendo q no me gusta q la gente vea cuán desordenada está mi vida, y se quedan hasta la madrugada conversando y riendo, lo cual obviamente no me deja estar tranquila en mi casa o siquiera estudiar en paz, como sucedió el domingo. Me pregunto cómo sería si yo siguiera durmiendo en mi cuarto...). Así q dos minutos después nos encontramos, y sin cruzar una palabra ella paró a un taxi, nos metimos ahí, abrí mi yogurt y ella sonrió, xq estaba con ella en el carro. Me dio gusto hacer ese intento, en el fondo no quería pero penc q sería bueno. Después d todo, no puedo vivir peleando con ella siempre. Y unas cuadras antes de llegar al cine Alcázar la llamó Kikí a su cel. “Sí, ya estoy llegando”. “Q, ella tb va a estar?”, “Sí”. El colmo. “Sorry, Vale, pero me bajo aquí. No tengo nada que hacer ahí, no tengo ganas de verla”. Ya en la puerta del cine: “Acaso Kikí no t cae?”, “No es q no me caiga, es q no tengo ganas de ver a nadie y no tengo nada q hacer ahí”, “No pensé q t molestaría”. Se fue, molesta. Llegué a la esquina, lentamente, como esperando q al menos intentara q me quedara, y sintiéndome un poco culpable le timbré y volví a la puerta, para verlas de espaldas comprando las entradas. De pronto me di cuenta d q así era mejor, q con mi estado d ánimo no iba a soportar sus voces ni poder reír con sus bromas (Ni siquiera reír con la película q iban a ver, una comedia), y q les iba a amargar la salida. Valeria no me necesitaba ahí, penc q iba a ir sola, pero no fue así. ¿Para q estorbar, cuando se puede evitar el desastre? Y con la excusa de estar tratando de protegerme d lo q me hace daño y evitarle un mal rato a ella y a Kikí, di media vuelta y me fui, rumbo a mi casa.





Cristal reloaded. Ese era el título que quería ponerle al primer post q escribiera después d mi susti de bioquímica. Creo, sin embargo, q no es el conveniente. No me siento nada renovada, para nada. Cualquier cosa menos eso.

He estado más d dos semanas sin poder decir realmente lo q estaba pasando en mi cabeza... Y en cierta forma fue necesario, como ya lo dije en un post anterior, necesitaba desintoxicarme de mi blog, de mí misma. Y estas vacaciones de expresividad me han ayudado a analizarme más profundamente, a reencontrarme conmigo misma, a reconocerme y ver realmente quién soy: un cero a la izquierda, una nada.

No soy nada. Antes esa frase ya no me hacía efecto. Ahora, cada vez q la digo, me siento más tranquila y a la vez más triste, xq recuerdo q alguna vez, no hace mucho, decía lo mismo sin sentir nada y ahora se me hace extraño pero rico sentirme así.

No recuerdo haber estado tan deprimida en muchísimo tiempo. Ni siquiera el año pasado lloraba tanto tan seguido. Bueno, quizás sí, y no lo recuerdo. Pero más me siento como hace 4 años: con ganas de no hacer nada y no ser nada, desaparecer y olvidarme de hacer, sentir, ser.

Me cansé de fingir q estaba bien. Me cansé de tener q animarme todos los días y olvidarme de mí misma, de lo q estaba sintiendo, para ser Cristal para los demás; me cansé d esbozar una sonrisa chueca a duras penas, de olvidar los malos ratos y tratar d ponerle buena cara a todo y todos, de ser tolerante y seguir luchando conmigo misma por no dejarme caer. El optimismo se me acabó. Las fuerzas se evaporaron. La sonrisa se quedó en la última escena del Mago de Oz este domingo, o quizás ya antes, en algún pasillo de la universidad, después de la última broma del Hermijo.

No es sólo Bruno: me he dado cuenta d q realmente no estoy bien. Nada bien. Digo: el hecho d llorar casi todos los días (Cuando me he pasado meses sin derramar una lágrima, cosa q me desagrada xq me gusta llorar); de no poder concentrarme; de ni siquiera tener ganas d comer (He adelgazado, y sin realmente habérmelo propuesto)... todo eso dice bastante. No c si sea mucho peso el q llevo encima. Sólo sé q no estoy bien.

A duras penas he llegado al día de hoy. El domingo, mientras “sonreía” en la última escena del Mago de Oz; ayer, mientras trataba de estudiar o antes de dormir; hoy, cuando estaba en el malecón mirando el mar; el viernes antepasado, cuando caminaba hacia el malecón; en todo momento las lágrimas estaban a punto de escaparse de mis ojos, hacían competencia a ver cuál salía primero y en ese trajín se demoraban. Algunas sapas lo lograban, y no era hasta q paraba lo q estaba haciendo q salían todas a la vez. Y me repetía, a cada momento: “Sólo hasta el martes: tengo q estar bien sólo hasta el martes. Luego podré derrumbarme todo lo q quiera. Sólo un poquito más, Cristal: concéntrate, olvídate de todo sólo hasta el martes. Sé q estás cansada de fingir. Pero ya es la última. De verdad. A partir del martes todo va a ser distinto”.

Ya es martes. Ya di mi sustitutorio de bioquímica. No c cómo me habrá ido, al menos no estaba tan nerviosa y pude resolver un par de preguntas segura. Pero estuvo fregado, xq Alvarado volvió a encargarse de hacerlo completito, poniendo preguntas del laboratorio de nuevo y cosas q no salían en su libro, de nuevo. Pasó al frente mío, y me dieron ganas de meterle un rodillazo en la barriga, x lo desconsiderado y altanero q puede ser, x hacer las cosas a la mala simplemente x hacer sufrir a los alumnos. Penc, sin embargo, q luego d terminar este examen estaría más contenta, q tendría ganas d “celebrar” (Hacer algo diferente). Pero ni eso. No tengo ganas ni de escribir lo q estoy escribiendo.

Inercia. Vivo x inercia. Me siento desahuciada, sin sentido, desorientada, sin valor, sin fuerzas. Pero me sigo moviendo, xq sé q tengo q seguir haciéndolo, aunq no sepa por qué ni para quién. Aunq no tenga x qué ni por quién hacerlo.

Y me siento vacía escuchando las mismas canciones q anoche y en la mañana me hacían derramar lágrimas. Ahora, después d haberme descargado caminando con tanta rabia, ya no siento ganas ni de llorar. Ni de escribir. Ni de sonreír. Ni de vivir. Ni de morir. Y este vivir muriendo y morir viviendo me trae loca. Ya no c q hacer. Estoy harta. Harta d mí misma. Harta de todo. Harta de todos.

Quiero estar sola, quiero desaparecer, quiero ser nada de una vez.

Me siento medio dramática escribiendo esto. Soy patética, lo c. Y lo más triste de todo es q sé q como todo lo q le sucede a las personas, es un ciclo, y q en algún futuro (Si es q lo hay, xq ahorita no vislumbro el final del túnel), volveré a sonreír, esta vez de corazón.